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España genera más basura que la media de los países de la UE y recicla menos

  • Los servicios de limpieza recogen 547 kilos anuales de basura por persona en España, mientras que en la UE se recolectó una media de 513 kilos.
  • El 52% de la basura generada en España en 2009 fue enviada al vertedero.
Los españoles generan un 6,6% más basura que la media de la Unión Europea y reciclan el 15% de los residuos, frente al 24% del conjunto de los Veintisiete, según los datos difundidos este lunes por Eurostat, la oficina comunitaria de estadística.

El estudio, elaborado con datos de 2009, señala que los servicios públicos de limpieza recogieron 547 kilos anuales de basura por persona en España -incluyendo los desechos de los hogares, de las pequeñas empresas y de los establecimientos públicos-, mientras que en la UE se recolectó una media de 513 kilos.

El 52% de la basura generada en España en 2009 fue enviada al vertedero España se sitúa como el décimo país que más basura genera en la Unión, pero se mantiene lejos de los Estados miembros que encabezan la lista: Dinamarca, Irlanda, Chipre y Luxemburgo, todos ellos con más de 700 kilos por persona; seguidos por Malta y Holanda, con entre 600 y 700 kilos.

Otros siete países, además de España, se sitúan entre los 500 y los 600 kilos por persona: Alemania, Austria, Francia, Italia y Reino Unido; mientras que Bélgica, Portugal, Suecia, Finlandia, Grecia, Bulgaria, Eslovenia y Hungría se mantienen entre los 400 y los 500 kilos.

La República Checa, Letonia, Polonia, Rumanía, Estonia, Eslovaquia y Lituania son los que menos residuos generan de la UE, al mantenerse todos por debajo de los 400 kilos. Por lo que respecta al destino de los residuos, Eurostat indica que un 38% acabó en vertederos, mientras que se incineró un 20%, un 24% fue reciclado y un 18% aprovechado para compostaje, es decir, abono para plantas.

España se sitúa como el décimo país que más basura genera en la Unión Europea En España, la mayor parte de la basura generada ese año fue enviada al vertedero, un 52%, lo que supone una disminución de cinco puntos porcentuales respecto del año anterior. En cinco países miembros no existe prácticamente ni el reciclaje, ni otros medios de tratamiento de residuos que no sea el sistema del vertedero, a donde Bulgaria envía la totalidad de sus desechos, seguido por Rumanía (99%), Malta (96%), Lituania (95%) y Letonia (92%).

Suecia lidera la tasa de basura incinerada, con un 49%, seguida por Dinamarca (48%), Holanda (39%), Luxemburgo (36%), Bélgica (35%) Alemania y Francia (34%). En España, un 9% de los residuos se trató por este método.

En reciclaje y aprovechamiento como abono de los desechos destacan Austria (70%), Alemania (66%); Holanda (61%) y Bélgica (60%); España, en cambio, trató de este modo un 39% de sus desperdicios. Sin embargo, entrando más al detalle, España sí sobresale en la conversión de los desechos en abono, con un 24%, cifra que iguala Bélgica y que sólo superan Austria (40%), Italia (32%) y Holanda (28%) en la Unión Europea.

La Felicidad aumenta la esperanza de vida y mejora la salud

- Los individuos que reconocen ser felices viven más.

- Ansiedad y pesimismo están asociados a unas mayores tasas de enfermedad.

- Un equipo de la Gallup Organization de Princeton revisó 160 estudios.


Una revisión de más de 160 estudios llevada acabo por un equipo de la Gallup Organization de Princeton (EEUU) ha permitido constatar de forma "clara y convincente" que los individuos que reconocen ser felices viven más y con mejor salud.

El bienestar es subjetivo y contribuye a la longevidad y a una mejor salud entre la población sana"Según informa la revista Applied Psychology: Health and Well-Being, para constatar esta asociación, el profesor de Psicología Ed Diener, analizó diferentes estudios a largo plazo con humanos, algunas pruebas experimentales en las que también se incluían animales y otras investigaciones que evalúan la estado de salud de personas estresadas por fenómenos naturales.

"Se revisaron ocho tipos diferentes de estudios", ha explicado Diener, reconociendo que "la conclusión general es que el bienestar es subjetivo -a diferencia del estrés o la depresión- y, en cada caso, contribuye tanto a la longevidad como a una mejor salud entre la población sana".

El pesimista muere antes

Uno de estos estudios, en el que participaron casi 5.000 sujetos desde su etapa universitaria hasta que tuvieron más de 40 años, mostró que aquellos que fueron más pesimistas solían morir más jóvenes que sus compañeros.

En otra investigación más a largo plazo, en la que se realizó un seguimiento a 180 monjas desde jóvenes hasta la vejez, se observó también que aquellas que escribieron autobiografías positivas a los 20 años tienden a sobrevivir más que las que quienes recordaban de forma más negativa su vida juvenil.

La felicidad no es una bala mágica, ya que no puede por sí misma prevenir o curar una enfermedad"De este modo, y salvo algunas excepciones, en la mayoría de los estudios a largo plazo Diener y su equipo encontraron que factores como la ansiedad, depresión, falta de disfrute de las actividades diarias y el pesimismo estaban siempre asociados a unas mayores tasas de enfermedad y una vida más corta.

Estados de ánimo positivos

Por otro lado, los experimentos realizados con humanos en laboratorio mostraron igualmente que los estados de ánimo positivos reducen las hormonas relacionadas con el estrés, aumentan la función inmune y favorecen una pronta recuperación del corazón después del esfuerzo. En otros estudios, los conflictos conyugales y la hostilidad en las parejas casadas se asociaron con una curación más lenta de las heridas y una peor respuesta inmune.

Diener reconoce que "la felicidad no es una bala mágica" ya que no puede por sí misma prevenir o curar una enfermedad, si bien se observa que "la evidencia de que las emociones positivas y el disfrute de la vida contribuyen a una mejor salud y una vida útil más larga es más fuerte que los datos que vinculan la obesidad con la reducción de la esperanza de vida", ha añadido.
 

 La siesta puede favorecer la recuperación cardiovascular

- Un sueño de al menos 45 minutos hace que disminuya la presión arterial.

- Puede acelerar la recuperación cardiovascular tras una situación de estrés.

- Dormimos una media de casi dos horas diarias menos que hace 50 años.

 

Una siesta diaria de al menos 45 minutos hace que disminuya la presión arterial de quienes han sufrido un día de estrés con mucha tensión psicológica. Es la principal conclusión de un estudio de investigadores del Allegheny College de Pennsylvania (EEUU).

La siesta puede acelerar la recuperación cardiovascular tras una situación de estrés mentalSegún aseguran en el último número del International Journal of Behavioral Medicine, las largas jornadas laborales, el trabajo por turnos, la televisión e Internet están afectando en la calidad del sueño, hasta el punto de que los ciudadanos duermen una media de casi dos horas diarias menos que hace 50 años.

Esto afecta a la salud a largo plazo y, de hecho, hay estudios que relacionan la falta de sueño con un mayor riesgo de hipertensión y problemas cardiovasculares.

Para tratar de reducir este impacto, los investigadores trataron de analizar si dormir la siesta podría influir en la recuperación cardiovascular después de una prueba de estrés mental. Así, seleccionaron a 85 universitarios sanos que fueron divididos en dos grupos, de modo que a algunos de los participantes se les asignaba una hora al día en la que podían dormir durante al menos 60 minutos. 

Efecto reparador

Observaron que la siesta parecía tener un efecto reparador en los estudiantes ya que, aunque en todos la presión arterial y el ritmo cardiaco aumentaba durante el inicio de su jornada, aquellos que dormían siesta presentaban un descenso de ambos marcadores.

El trabajo por turnos, la TV e Internet están afectando a la calidad del sueñoEstos resultados eran más evidentes cuando los estudiantes dormían entre 45 y 60 minutos al día, lo que parece que facilitaba la recuperación de la presión arterial después del estrés mental acumulado.

Según los investigadores del Allegheny College de Pennsylvania, estos hallazgos sugieren que la siesta puede acelerar la recuperación cardiovascular después de una situación de estrés mental, hasta el punto de que puede recomendarse en aquellas personas más propensas a padecer estas dolencias.